Creemos en el único Dios verdadero revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo (Deuteronomio 4:35-39; 6:4; Isaías 44: 6-8; 45:5-6; I Corintios 8:4-6; Santiago 2:19; II Corintios 3:17; Tito 2:13: I Juan 5:20).

Creemos que Jesucristo es Dios hecho carne y que nació de una virgen llamada María (Mateo 1:18-20; Lucas 1:34-35).

Creemos que Cristo murió por el pecado de toda la humanidad. Se dio a Sí mismo para que todo aquel que en El crea, obtenga la salvación (Romanos 6:23; Hebreos 9:11-12; 26:28; Juan 3:16; Juan 14:6).

Creemos que la salvación es sólo a través de Jesucristo y no a través de las obras (Juan 1:12-13). 5- Creemos que Jesucristo resucitó de entre los muertos, ascendió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre (Efesios 1:20; Filipenses 2:9-11).

Creemos que Jesucristo es la cabeza de la iglesia, la cual es Su cuerpo (Efesios 1:22-23; Romanos 12:4; I Corintios 12:22-27).

Creemos que el Espíritu Santo es quien convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

Creemos que el Espíritu Santo habita en los corazones de los que llegan a ser hijos de Dios, por medio de la fe en Jesucristo (Hebreos 3:26; 4:4-6; I Corintios 3:16; II Corintios 1:22; Efesios 1:13- 14; 4:30).

Creemos que el Espíritu Santo nos guía, llena, unge, bautiza e intercede, y por medio del Espíritu Dios da dones a sus hijos para capacitarlos para edificar a la Iglesia (Juan 16:13; I Corintios 2:10-13; I Corintios 12:4-11).

Creemos que Las Sagradas Escrituras han sido inspiradas por el Espíritu Santo de Dios (II Timoteo 3:16) Y en que Su Palabra es infalible y eterna (Isaías 40:8; Mateo 24:35; Lucas 21:33; Juan 8:31-32; 17:17; I Pedro 1:23-25).

Creemos en la unidad del cuerpo del Cristo (I Corintios 12:12-13; Juan 17: 8-11, 20-23).

 Creemos que el cuerpo de Cristo, la cual es su iglesia no es solamente una iglesia local, sino que está compuesta por todas las personas en todas las naciones que han recibido a Jesucristo como único y suficiente salvador (Romanos 1:16; Romanos 10:1-11).

 Creemos que Jesucristo así como ascendió a los cielos, regresará en las nubes por su iglesia (I Tesalonicenses 5:23).