INTRODUCCIÓN
Desde el momento en que nacimos, Dios ha estado escribiendo una historia con propósito. No fuimos creados por casualidad, y mucho menos estamos viviendo por accidente. La Palabra dice en 3 Juan 1:2:
2 Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Esto nos muestra que Dios no solo está interesado en nuestra vida espiritual, sino también en nuestra prosperidad integral: personal, familiar, laboral y ministerial.
Sin embargo, hay etapas en la vida que nos hacen dudar de ese propósito.
Quizás estuviste en un trabajo donde te sentías infravalorado, haciendo tareas repetitivas que no parecían tener nada que ver con tu llamado.
O tal vez invertiste años en una carrera universitaria o técnica y, hoy, sientes que no estás usando nada de lo que aprendiste.
¿Y qué decir de las pruebas personales? Enfermedades, traiciones, desempleo, temporadas de soledad… ¿De qué sirven?
📌 La respuesta está en Romanos 8:28:
28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito.
Nada es en vano en las manos de Dios.
Así como David no sabía que matar osos y leones algún día lo prepararía para enfrentar a Goliat, así también tú estás siendo formado, entrenado y capacitado, incluso en medio de tareas que hoy parecen insignificantes.
🎯 Dios es un Dios de propósito. Y todo lo que has vivido —desde la infancia hasta hoy— ha sido parte de tu entrenamiento.
✅ Ese jefe difícil te preparó para liderar con humildad.
✅ Ese año de espera te enseñó a confiar en el tiempo de Dios.
✅ Esa decepción te fortaleció para no depender del aplauso humano.
✅ Ese trabajo que parecía "pequeño", desarrolló en ti una obediencia silenciosa que agrada al Señor.
Hoy, como David frente al gigante, quizás no parezcas el más preparado a los ojos del mundo. Pero ya has sido equipado en secreto, por el Dios que ve todo en lo oculto. Y si Él permitió cada etapa, es porque cada una tenía una lección necesaria para tu destino.
Así que no menosprecies tu proceso. Dios no desperdicia nada.
Tu Goliat no es el final... ¡es el comienzo de tu manifestación pública como instrumento de victoria!
Todos conocemos la historia de David y Goliat. La mayoría la escuchó desde niños: un jovencito con una honda y una piedra derrota a un guerrero gigante. Pero al leer la historia con atención y madurez espiritual, descubrimos que la victoria de David no fue un milagro improvisado, sino el resultado de un proceso divino de preparación.
Dios ya había estado entrenando a David en secreto, mientras nadie lo veía, para esa gran confrontación que todo el pueblo presenciaría.
DESARROLLO:
Miremos este videoclip:
Texto base: 1 Samuel 17:45
¿Quién fue David?
David fue el hijo menor de Isaí, un hombre de la tribu de Judá. Era un joven pastor, de apariencia sencilla, que pasaba sus días cuidando las ovejas de su padre en los campos de Belén. Mientras sus hermanos mayores eran guerreros entrenados en el ejército de Israel, David era relegado a tareas humildes, lejos de la acción y el reconocimiento.
Sin embargo, David tenía una relación íntima con Dios. Mientras cuidaba ovejas, adoraba al Señor, componía salmos y se fortalecía espiritualmente. Su fe no era teórica, sino vivida cada día en lo secreto, confiando en Dios cuando tenía que proteger a su rebaño de leones y osos (1 Samuel 17:34-36).
El desafío con Goliat
El pueblo de Israel se enfrentaba a los filisteos, y de su campamento salía cada día un gigante llamado Goliat, de casi tres metros de altura, desafiando a los israelitas y burlándose del Dios de Israel. Durante 40 días, ningún soldado se atrevió a enfrentarlo... hasta que llegó David.
David no estaba en el campo de batalla como soldado, sino como mensajero enviado por su padre para llevar comida a sus hermanos. Pero cuando escuchó el desafío de Goliat, algo en su espíritu se encendió. No pudo tolerar que alguien insultara al Dios viviente.
A pesar de su juventud, su falta de armadura y entrenamiento militar, David se ofreció para pelear. El rey Saúl intentó disuadirlo, pero finalmente autorizó el combate. David no llevó espada ni escudo… sino una honda, cinco piedras lisas del arroyo y, sobre todo, una confianza absoluta en Dios.
📖 “45 Entonces David dijo al filisteo:
—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.”— 1 Samuel 17:45
Y con un solo lanzamiento, derribó al gigante. Con la misma espada del filisteo, David le cortó la cabeza, dando una victoria aplastante al pueblo de Israel.
¿Qué significó esta victoria para David?
· Esa victoria marcó el inicio de una transformación radical en la vida de David:
· Fue promovido en popularidad. El pueblo cantaba: “¡Saúl derrotó a sus miles!
¡Y David a sus diez miles!” (1 Samuel 18:7).
· Ingresó al palacio real, aunque eso lo llevaría a tiempos de prueba bajo la persecución de Saúl.
· Se ganó la confianza del pueblo y del ejército.
· Y lo más importante: empezó a caminar en la dirección del llamado de Dios para ser rey de Israel.
David fue ungido en su juventud por el profeta Samuel (1 Samuel 16), pero el enfrentamiento con Goliat fue la puerta que lo catapultó hacia ese destino.
Con el tiempo, y tras muchas pruebas, David fue coronado rey de Judá y luego de todo Israel. Gobernó con un corazón conforme al de Dios, y aunque cometió errores, su vida fue una señal clara de que Dios puede levantar a los pequeños para cumplir planes grandes.
David: parte del plan eterno de redención
Lo más maravilloso es que David no solo fue un rey terrenal. Dios usó su linaje para traer al Rey eterno: Jesucristo.
📖 Mateo 1:1 dice:
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.”
Desde aquel campo de ovejas, pasando por la batalla contra Goliat, hasta llegar al trono… todo en la vida de David formó parte del plan de Dios. Cada etapa, cada victoria y cada caída, fue usada por el Señor para cumplir Su propósito eterno.
“Dios te está preparando para tu Goliat”
Revisemos ahora las palabras de David al enfrentar al Goliat:
🪵 I. DIOS TE PREPARA EN LO OCULTO (1 Samuel 17:34-37)
34 David respondió a Saúl:
—Tu siervo ha sido pastor de las ovejas de su padre. Y cuando venía un león o un oso y tomaba alguna oveja del rebaño, 35 yo salía tras él, lo hería y la rescataba de su boca. Si se levantaba contra mí, yo lo agarraba por la melena, lo hería y lo mataba. 36 Fuera león o fuera oso, tu siervo lo mataba. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente. 37 —Y David añadió—: ¡El SEÑOR, quien me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él me librará de la mano de ese filisteo!
Y Saúl dijo a David: —¡Ve, y que el SEÑOR sea contigo!
David no comenzó peleando contra gigantes. Su entrenamiento empezó en los campos solitarios. Creció cuidando las ovejas de su padre, lo que implica que debía proteger el rebaño de predadores. Si un león o un oso intentaba llevarse una de las ovejas, David golpearía a la bestia y rescataría a la oveja para llevarla a un lugar seguro. Era un muchacho listo, ágil y capaz de enfrentar seres mucho más grandes y fuertes que él, aun antes de enfrentar a Goliat. Allí, sin público, sin aplausos, sin redes sociales, Dios forjaba en él un corazón valiente, una mano firme y una fe sólida.
Aplicación:
No subestimes las pequeñas tareas, los momentos de anonimato, ni las luchas personales. Lo que hoy enfrentas en lo secreto es preparación para lo que Dios quiere hacer contigo en lo público.
Dios te prepara en lo oculto
Hemos visto que David no se convirtió en héroe nacional en un solo día. No fue por casualidad que supo cómo derribar a Goliat. Dios ya lo había estado preparando desde antes, en el anonimato del campo, mientras cuidaba las ovejas de su padre. Sin espectadores, sin aplausos, sin títulos… pero allí fue forjado su carácter, su fe y su valentía.
De la misma manera, Dios también te está preparando a ti, muchas veces en secreto, en circunstancias cotidianas que parecen insignificantes, pero que tienen valor eterno. Aquí algunos ejemplos claros que quizás reflejan tu propia vida:
En el trabajo
Tal vez comenzaste tu empleo en un cargo básico, haciendo tareas repetitivas o sin mayor reconocimiento. Pero allí aprendiste puntualidad, responsabilidad, respeto por la autoridad, administración del tiempo, trabajo en equipo. Y sin darte cuenta, Dios te estaba formando para un futuro mayor. Más adelante, llega una oportunidad para dirigir un equipo o ser promovido, y lo que parecía sin sentido, ahora cobra valor.
📖 En la iglesia
Quizás un día se te pidió leer un versículo durante una reunión de oración. Lo hiciste con temor y humildad. Pero ese fue tu primer paso. Luego, sin darte cuenta, empiezas a estudiar más la Palabra, a compartir lo que aprendes, y llega el día en que estás predicando, enseñando o discipulando a otros. Dios usó ese pequeño comienzo para formarte como instrumento de Su palabra.
En el ministerio de alabanza
Empezaste tocando una pandereta, sin saber música. Pero con fidelidad, pasión y entrega, Dios fue afinando tu oído, tu sensibilidad espiritual. Y cuando menos lo esperas, estás guiando a otros en adoración como líder de alabanza. Lo que empezó como algo simple, fue parte del entrenamiento divino.
En tareas pequeñas
Puede ser que limpies la iglesia, organices sillas o repartas boletines. Nadie aplaude esas labores, pero Dios sí las ve. En ese servicio silencioso, Él está moldeando un corazón humilde, obediente y dispuesto… el tipo de corazón que Él puede usar con poder.
Tenemos que aprender a esperar en el Señor y aprender a vivir los procesos. No intentemos saltarnos los tiempos de Dios. A veces queremos ocupar un lugar, solo por el deseo de avanzar, pero sin estar listos para avanzar. Josué espero el tiempo como discípulo de Moisés, para liderar y conquistar la tierra prometida. Timoteo también tuvo que ser discípulo de Pablo. Los discípulos de Jesus tuvieron que esperar, para ser enfrentados al mundo. No podemos madurarnos biches…!
Hay tipo de bambú que se toma 5 años para salir a la luz, pero una vez sale, en 3 meses crece varios metros de alto.
Lección:
Dios no desperdicia ni una sola experiencia. Todo lo que vives hoy puede estar formando tu carácter para el propósito que Él ha diseñado para mañana. David no empezó matando gigantes, empezó salvando ovejas, y eso le dio las herramientas para salvar a toda una nación.
II. EL NOMBRE DEL SEÑOR ES TU FUERZA (1 Samuel 17:45)
“...yo voy contra ti en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado…”
David no confió en su honda ni en su destreza. Su confianza estaba en el nombre del Señor. Él sabía que no se trataba de habilidad solamente, sino de autoridad espiritual.
Aplicación:
No fue casualidad que David derribara a Goliat con un solo tiro de la honda. De hecho, Dios lo había estado preparando para ese preciso momento. ¡David sabía que estaba listo!. Iba con mucha seguridad que Dios lo iba a respaldar porque ya se lo había demostrado cuando cuidaba las ovejas del ataque de las fieras.
Puedes tener dones, talentos y experiencia, pero tu verdadera victoria depende de quién te respalda. Y si es el Señor quien te respalda, no hay gigante que se sostenga frente a ti.
III. TU HISTORIA TIENE PROPÓSITO (1 Samuel 17:37)
¡El SEÑOR, quien me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él me librará de la mano de ese filisteo!
David conectó su pasado con su presente. Comprendió que cada batalla anterior fue parte del entrenamiento divino. Nada fue en vano.
Aplicación:
David no confió en sus fuerzas, sino en el Señor — y nosotros también debemos aprender a pasar los procesos aferrados y confiados en Él
David no se enfrentó a Goliat confiando en su destreza, ni en su experiencia contra animales salvajes, ni en la armadura de Saúl. Cuando declaró con firmeza en 1 Samuel 17:45:
“—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.”—
David dejó claro que su confianza estaba plenamente puesta en Dios.
Este nivel de fe y confianza no nace de un momento a otro. Es el fruto de una vida arraigada en la comunión con Dios.
Esta confianza firme se cultiva con perseverancia:
En la oración constante, donde nuestros oídos se afinan para escuchar la voz del Espíritu.
En el ayuno, donde aprendemos a depender del pan celestial más que del terrenal.
En la lectura de la Palabra, donde se renueva nuestra mente y se fortalece nuestra fe.
En los grupos de oración, donde encontramos ánimo y respaldo espiritual mutuo.
En la congregación con los santos, donde experimentamos la presencia gloriosa de Dios y la unidad del cuerpo de Cristo.
Y en los momentos de dificultad, no nos rendimos:
Invocamos la Palabra. Como lo hizo David, que conocía al Dios que lo libró del oso y del león, nosotros invocamos promesas eternas como:
Salmo 91:
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.”Salmo 34:
“Muchos son los males del justo, pero de todos ellos lo librará el Señor.”Isaías 41:10:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo…”
Estas no son frases motivacionales: son armas espiritualesque nos sostienen en medio de la guerra, y nos recuerdan que fuimos creados no solo para sobrevivir, sino para vencer, y hacerlo no con nuestras fuerzas, sino con el poder de Su palabra viva y eficaz.
Cuando vivimos de esta manera:
No solo sobrevivimos al proceso, lo entendemos.
No solo caminamos a ciegas, discernimos los tiempos y las sazones de Dios para nuestra vida.
No solo esperamos el futuro, lo preparamos con fe.
Así como David, que no solo derrotó a Goliat, sino que comenzó allí un camino hacia el cumplimiento del plan de Dios en su vida — tú también verás la victoriasi te mantienes firme, confiado y obediente.
Todo lo que has vivido —las luchas, los fracasos, los silencios, las puertas cerradas— han sido parte del proceso. Dios no desperdicia nada. Él está edificando tu historia con propósito eterno.
CONCLUSIÓN
A veces pensamos que no somos suficientes. Que no estamos preparados. Que no tenemos lo que se necesita. Pero si has estado caminando con Dios, ya estás más preparado de lo que imaginas. Lo que parece un simple pastoreo, en realidad es entrenamiento para reyes. Miremos como conclusión 4 Verdades que Aprendemos de David y Goliat:
1. Nada Es Casualidad, Todo Es Preparación
Lo que hoy parece pequeño, rutinario o sin importancia, Dios lo está usando para prepararte. Así como David aprendió en lo oculto a cuidar ovejas y a vencer leones, tú también estás siendo entrenado en lo secreto para una victoria pública. Cada experiencia, cada lucha, cada día cuenta.
📖 “28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito. Rom 8:28
2. Tu Verdadera Fuerza No Está En Ti, Sino En Dios
David no venció a Goliat por su fuerza ni por sus habilidades, sino porque iba en el nombre del Señor. Lo mismo sucede contigo: no dependes de tus recursos humanos, sino del poder de Dios en ti.
📖 “No con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos....” — Zacarías 4:6
3. Tus Batallas Son La Puerta A Tu Propósito
El Goliat que enfrentas hoy no es el final, sino el comienzo de tu promoción. Las batallas que Dios permite en tu camino están diseñadas para impulsarte hacia tu llamado. David no habría llegado al trono sin antes enfrentar al gigante.
📖 “Pelearás las batallas del Señor…” — 1 Samuel 25:28 RV60
4. Dios Usa Tu Historia Para Cumplir Su Plan Eterno
Tu vida tiene propósito más allá de lo que imaginas. Así como David fue parte del linaje del Mesías, tú también formas parte del plan redentor de Dios en este mundo. Tu fidelidad, tu obediencia y tu fe influencian generaciones.
📖 11 Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza. Jeremías 29:11
Meditación Y Reflexión Personal
1. Para el que llegó desanimado, sintiendo que nada le sale bien...
Recuerda que David también vivió días de silencio, de anonimato, de trabajo duro sin reconocimiento. Pero fue en esos momentos donde Dios forjó su carácter.
👉 No estás estancado, estás siendo preparado.
📖 31 Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán. — Isaías 40:31
2. Para el que aún no ha descubierto el propósito de su vida…
Así como David cuidaba ovejas sin saber que terminaría cuidando un reino, tú también estás en camino hacia algo más grande.
👉 No te desesperes por conocer tu propósito. Busca a Dios, y Él te lo revelará a su tiempo.
📖 “— 3 ‘Clama a mí, y te responderé; y te revelaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces’. Jeremías 33:3
3. Para el que está viviendo momentos de angustia, temor o desesperación…
David conoció el miedo, huyó, lloró, fue traicionado… pero nunca estuvo solo. Dios siempre estuvo con él, como está contigo ahora.
👉 No estás solo en tu valle. El Pastor va contigo.
📖 “Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. Salmo 23:4
4. Para el que ya ha entendido su propósito, pero ha decaído en la fe…
A veces el desánimo y el cansancio nos hacen retroceder. Pero hoy el Espíritu Santo te llama a retomar la fe, a levantar la mirada y a seguir adelante.
👉 Tu historia no ha terminado. Dios todavía escribe nuevos capítulos.
📖 “porque siete veces cae el justo y se vuelve a levantar..” Proverbios 24:16
¿Estás enfrentando un desafío que te parece más grande que tú? ¿Sientes que no estás listo?
Hoy Dios te dice:
“No tengas miedo del gigante. Yo te he preparado en lo secreto. Sal y enfréntalo… en Mi nombre.”
Hoy Dios te recuerda:
🎯 Fuiste creado con un propósito eterno.
🔥 No estás solo. Dios te está preparando, fortaleciendo y guiando.
🏆 Si perseveras, verás Su victoria en tu vida.
📖 “9 No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos. — Gálatas 6:9
Hoy puede que te sientas en un campo de ovejas, lejos de las grandes oportunidades, o enfrentando un Goliat que parece imposible. Pero recuerda: Dios ya te ha preparado. ¡Solo confía y da el paso en fe!
Canto de Ministración: Hay Victoria (Miel San Marcos) https://youtu.be/9Dnei6Eb9-U
Oración Final
Padre Celestial, te adoramos y glorificamos tu santo y poderoso nombre.
"Señor, gracias por el proceso que has hecho en mi vida. Ayúdame a confiar en que me estás preparando para propósitos mayores. Hoy enfrento mis batallas no en mi fuerza, sino en el poder de tu nombre. En el nombre de Jesús, amén.
Hoy nos rendimos ante ti con corazones agradecidos por tu fidelidad, por tu palabra viva que nos ha hablado con claridad y amor. Gracias por enseñarnos, a través de la vida de tu siervo David, que nada de lo que vivimos es en vano, que cada etapa, cada lucha y cada experiencia están bajo tu perfecto control y dirección.
Señor, hoy reconocemos que vivimos dentro de tus propósitos eternos. ¡Qué privilegio tan grande es saber que tú, el Dios Todopoderoso, nos has diseñado con intención y destino! Gracias por abrir nuestros ojos espirituales para mirar más allá de las circunstancias, y ayudarnos a valorar incluso aquello que antes nos parecía inútil o doloroso, porque tú lo usas todo para bien, como dice tu palabra en Romanos 8:28.
Te pedimos, amado Padre, que nos ayudes a mantenernos firmes, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Llénanos de esa fe inquebrantable que nos permita caminar con confianza, aun cuando no entendamos el camino. Que podamos sostenernos en ti, sabiendo que tú estás obrando incluso en el silencio.
Haznos perseverantes, Señor. Perseverantes en la lectura diaria de tu Palabra, perseverantes en la oración, perseverantes en la asistencia fiel a tu iglesia, a los grupos de oración y discipulado. Danos un espíritu dispuesto para crecer en comunidad, edificarnos mutuamente y seguir madurando en ti.
Te rogamos que aumentes nuestra fe. Que podamos ver, no solo con los ojos físicos, sino con los ojos del espíritu, tus maravillas y tu obra en nuestras vidas. Recuérdanos cada día que a tus hijos nada nos pasa por casualidad, porque tú eres un Dios de propósitos, de planes eternos y de amor perfecto.
Y también, Señor, humildemente te pedimos perdón. Perdónanos por las veces que no hemos confiado en ti lo suficiente, por dudar de tu fidelidad, por dejar que el temor nos robe la paz. Hoy renovamos nuestra confianza en ti. Declaramos que tú eres nuestro refugio, nuestra fuerza y nuestra esperanza. Gracias por estar con nosotros. Gracias por tu palabra. Gracias por no soltarnos nunca.
En el nombre glorioso de nuestro Señor Jesucristo, Amén.
DEVOCIONAL: “En Preparación Para La Victoria”
📖 Dijo el joven David al Gigante Goliat en 1ero de Samuel 17:45:
"—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del SEÑOR de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado”.
Todos conocemos la historia de David y Goliat. La mayoría la escuchó desde niños: un jovencito con una honda y una piedra derrota a un guerrero gigante. Pero al leer la historia con atención y madurez espiritual, descubrimos que la victoria de David no fue un milagro improvisado, sino el resultado de un proceso divino de preparación.
Cuando pensamos en su osadia enfrentando a Goliat, es fácil imaginarlo como un acto de valentía repentino. Pero no fue así. David ya había enfrentado osos y leones mientras cuidaba las ovejas de su padre. Dios lo estaba preparando en secreto, en tareas cotidianas, para ese momento de victoria pública.
Asi como David, no subestimes las pequeñas tareas, los momentos de anonimato, ni las luchas personales. Lo que hoy enfrentas en lo secreto es preparación para lo que Dios quiere hacer contigo en lo público.
Anécdota: Se cuenta de una joven misionera contaba que antes de predicar en África, su pastor le pidió servir barriendo el templo por 6 meses. Al principio se sintió frustrada, pero luego entendió que ese tiempo le enseñó humildad, obediencia y amor por la casa de Dios… cualidades que le sostuvieron cuando llegó al campo misionero.
🪖 Recuerda hoy que tú también estás siendo preparado. Lo que hoy parece pequeño, es entrenamiento para lo grande que Dios tiene contigo.
🙏 Oración:
Amado Padre, gracias porque no desperdicias ninguna etapa de mi vida. Ayúdame a ver tus propósitos en lo cotidiano. Enséñame a confiar que ya me estás formando para vencer gigantes. Que todo lo que hoy vivo me acerque más a tu propósito eterno. En el nombre de Jesucristo el Señor, amén.
Predicado en: Mayo 18 2025
Por: Carlos Ospinal