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RIQUEZAS CON PROPOSITOS

Carlos Ospinal

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RIQUEZAS CON PROPOSITOS
Por: Carlos Ospinal

ANTECEDENTES:
Seguimos en nuestra campaña de fortalecer nuestra fe, así como Jocabed, madre de Moisés, quien como vimos, no se rindió ante la adversidad, por el veredicto del Rey de matar a todos los varones nacidos de los hebreos, para arrojarlos al rio Nilo. Ella clamo a Dios con Fe, y Dios le dio la estrategia para salvar a su hijo. Es la fe de un padre o una madre que se pelea su bendición delante del Señor. 
Y usted mi hermano y hermana tiene muchas necesidades en donde solo la divina providencia de Dios le va a permitir ver una respuesta que satisfaga su necesidad. Pero no conforme a su voluntad, sino conforme a la voluntad de Dios. Como dice Romanos 12:2b

“…que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.

Como cuerpo de Cristo, en esta congregación estamos muy comprometidos en acompañarles en sus oraciones al creador, entendiendo que cada uno de nosotros es un universo de luchas , necesidades, retos y frustraciones. Dios no nos trata a todos por igual. Dios nos trata a cada uno individualmente. Pero también sabemos que hay algunos resabios o desconocimiento muy generalizados entre nosotros que nos afecta a todos por igual. En primer lugar, dejar de ser cristianos a medias, y rendirnos al Señorío de Cristo. Lo cual significa obedecerle al Señor en todo. Porque algunos queremos soltarle al Señor algunas áreas, pero otras las queremos controlar nosotros.

Y una de ellas es el área de las finanzas. Esta es un área bastante sensible entre nosotros. Porque efectivamente nuestra vida diaria gira en torno al dinero. Y la mayoría de nuestras peticiones de allí del cofre tienen que ver con dinero.

 Porque si miramos a nuestro alrededor, con excepción de la enfermedad, muchos de nuestros problemas se resuelven con dinero. Y eso centra nuestras peticiones de oración. 

Todos batallamos para:
•    Pagar la renta o la hipoteca de la casa, 
•    aspiramos comprar un buen carro, 
•    pagar las tarjetas de crédito o deudas, 
•    costear los estudios nuestros o de nuestros hijos, 
•    ayudar a nuestros familiares en nuestros países, 
•    pagar un abogado para que nos ayude en asuntos de inmigración, 
•    pagar un ticket de tránsito.  Etc.
Y justamente uno de los mas grandes bloqueos que tenemos es que desconocemos las promesas de Dios en cuanto al manejo financiero. 

 


La semana pasada les presente unas pautas fundamentales para dar el paso de ser buenos diezmadores que les permita disfrutar de esa promesa que vimos en:


Malaquías 3:10  
10 “Traigan todo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Pruébenme en esto, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”. 

Primero: 
Orando pidiendo perdón y fortaleciendo la fe para dar ese paso de valiente, y ser beneficiario de esta poderosa promesa: Ventanas abiertas de los cielos!!

Segundo: 
Ideas de como empezar a diezmar: Así como el bebé empieza a caminar dando pequeños pasos, hasta que termina corriendo sin caerse, así mismo empieza tu diezmando un día de tu salario. Luego dos días, luego una semana,  luego el mes completo. Dios va a tener paciencia contigo y Él te va a dar la mano, en cada paso que das!. No tienes que correr, solo da los pasos con constancia, si caes con dudas, debes levantarte hasta que no caigas más. No ceses de orar pidiendo ayuda de fe al Señor. En cada paso que das, veras el milagro de Dios. Y Cuando menos piensas ya serás un diezmador fiel merecedor de la promesa. Gloria al Señor!.

Entendiendo que ustedes ya proféticamente hablando son unos diezmadores y ofrendadores fieles, merecedores de muchas riquezas financieras, es prudente que nos preparemos para saber manejar esas riquezas.

Por eso, nuestro tema de hoy es: RIQUEZAS (DONES Y TALENTOS) CON PROPOSITO.

INTRODUCTION:

Sin importar cual sea la opinión del mundo allá afuera, que usa el dinero principalmente para satisfacer su necesidad centrada en el Yo, por cuanto son influenciados por el espíritu de tinieblas para darle rienda suelta a sus pasiones y deseos; el creyente nacido de nuevo, cuyo espíritu está alineado con el Santo Espíritu de Dios, mira el dinero como un vehículo para cumplir los propósitos de Dios. 

En este sentido, nos vamos a ir por la palabra para entender los principios bíblicos generales sobre el dinero y las posesiones. Hemos aprendido que son dos principios los que rigen la fe cristiana (Mateo 22:36-40): Primero: El Amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al prójimo como a nosotros mismos. Entonces venimos aquí porque creemos en Dios y le necesitamos, y eso es bueno. Pero sin descuidar la segunda parte:  amar a nuestro prójimo. Y esto es básico mis hermanos: Si amamos a Dios y nos preocupamos por el prójimo, Dios se va a encargar de nuestras necesidades. Y es una promesa de 

Mateo 6:33 33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

Sigamos:
Para empezar, miremos una parábola que Jesús contó en Mateo 25:14-30. 
14 »Porque el reino de los cielos será semejante a un hombre que, al emprender un viaje largo, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. A cada uno dio conforme a su capacidad y se fue lejos. 16 Inmediatamente, el que había recibido cinco mil monedas se fue, negoció con ellas y ganó otras cinco mil monedas. 17 De la misma manera, el que había recibido dos mil ganó también otras dos mil. 18 Pero el que había recibido mil fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
19 »Después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. 20 Cuando se presentó el que había recibido cinco mil monedas, trajo otras cinco mil monedas y dijo: “Señor, me entregaste cinco mil monedas; he aquí he ganado otras cinco mil”. 21 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. 22 Y cuando se presentó el que había recibido dos mil monedas, dijo: “Señor, me entregaste dos mil monedas; he aquí he ganado otras dos mil”. 23 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. 24 Pero cuando se presentó el que había recibido mil monedas, dijo: “Señor, yo te conozco que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25 Y como tuve miedo, fui y escondí tus mil monedas en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo”. 26 Su señor respondió y le dijo: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Sabías que cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí? 27 Por lo tanto, debías haber entregado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, habría recibido lo que es mío con los intereses. 28 Por tanto, quítenle las mil monedas y denlas al que tiene diez mil monedas. 29 Porque a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Al siervo inútil échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto y crujir de dientes.

Hagamos un breve recuento. Aquí en Mateo 25, Jesús cuenta la parábola de un hombre que, yéndose lejos, confió varias cantidades de dinero a sus tres siervos, a cada uno conforme a su capacidad.

El primero recibió 5000 monedas (5 talentos), el segundo recibió 2000 monedas (2 talentos), y el tercero recibió 1000 monedas (1 talento) . Después de regresar de su viaje, el hombre llamó a sus siervos para que ellos rindieran cuentas de cómo habían usado su dinero. Los dos primeros siervos trabajaron el dinero y lo duplicaron. Por esto, el señor elogió su fidelidad y los llamó «buenos», concediéndoles más responsabilidad y una parte en su felicidad. Pero el tercer siervo fue negligente y malo, y escondió el dinero en un hoyo en la tierra. Por esta razón, el señor lo reprendió, tomó su dinero, y lo echó fuera de su casa.

Bien, esta parábola es una gran manera de empezar a pensar en nuestro dinero y en nuestras posesiones terrenales, a lo que llamaremos «riquezas». Pero también tiene un gran sentido espiritual mirando la riqueza como dones y talentos.

Examinemos los actores de esta parábola (el señor, y los siervos), para entender su mensaje:

1. EL SEÑOR: DIOS
Primero, observaremos al señor. Ahora, es peligroso suponer que todo en las parábolas de Jesús, “Señor” significa algo distinto, como en una alegoría. Pero en este caso, el señor sí representa a alguien. ¿Quién sería ese? [Dios] ¿Por qué? [Porque Dios está por encima de todo]. Una correcta comprensión de las riquezas comienza con Dios en su relación con su creación. 

A. Dios es el dueño de todo
Todo le pertenece a Dios. Él es el dueño de toda riqueza terrenal. Dios es el dueño porque él creó todas las cosas (Gn. 1). Y puesto que Dios creó todas las cosas, eso quiere decir que él también tiene derecho sobre todo lo que ha creado . David escribe en el Salmo 24:1-2: 
“Del SEÑOR es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que lo habitan. Porque él la fundó sobre los mares y la afirmó sobre los ríos”.

Por otro lado, el señorío de Dios también significa que él no debe nada a su creación. Dios le dijo a Job: 
«¿Quién me ha dado primero para que yo le restituya? ¡Todo lo que hay debajo del cielo, mío es!» (Job 41:11). 
Dios no necesita las riquezas de su creación, pero todo es suyo para hacer con ello como a él le parezca .

Ahora, cuando Dios creó todo, ¿cómo lo llamó? Él lo llamo «bueno», atribuyéndole valor —o riqueza—a su creación. Sin embargo, cuando el pecado entró al mundo, ¿destruyó la bondad de las riquezas? ¡No! Escucha a Pablo en 

1ª Timoteo 4:4. «4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno, y no hay que rechazar nada cuando es recibido con acción de gracias».
   
¡De hecho, el disfrute de las riquezas puede glorificar a Dios! Esto es lo que Pablo dice dos capítulos después en 
1ª Timoteo 6: «17 A los ricos de la edad presente manda que no sean altivos ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas sino en Dios quien nos provee todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos». RV2015

Así que allí, lado a lado, vemos que Dios nos da riquezas para nuestro disfrute, y que no deberíamos poner nuestra esperanza en las riquezas.

Algunos cristianos aplauden la idea de vivir en pobreza y seguir un estilo de vida alejados de las riquezas y el placer. Pero eso no es lo que la Biblia enseña. Y eso es justamente lo que vamos a aprender hoy: A ser buenos mayordomos de las riquezas, (dinero, dones y talentos), para la honra de Dios. 

En conclusión: Dios es dueño de todo. Él no debe nada a nadie. Todo lo que él ha hecho es bueno, y eso incluye nuestras riquezas. El secreto para manejar bien el dinero no es huir de él, es someterlo al señorío de Cristo. 
B. Dios da a las personas sus riquezas.
En la parábola de Jesús, vemos como el Señor de los 3 siervos, fue quien repartió el dinero a cada uno de ellos. 
Y eso no recuerda que, Si Dios es el dueño de todas las riquezas de este mundo, entonces eso quiere decir que él también es quien nos da nuestras riquezas (Gn. 1:28-30) RV2015, 

28 Dios los bendijo y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra; sojúzguenla y tengan dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra”. 29 Dios dijo además: “He aquí que les he dado toda planta que da semilla que está sobre la superficie de toda la tierra, y todo árbol cuyo fruto lleva semilla; ellos les servirán de alimento. 30 Y a todo animal de la tierra, a toda ave del cielo, y a todo animal que se desplaza sobre la tierra, en que hay vida, toda planta les servirá de alimento”. 

¿Y que es lo que Dios nos da a cada uno como riqueza?

Esto incluye todo: la familia, la educación, los dones espirituales, el trabajo, la iglesia.
El rey David reconocía esto. Los israelitas contribuyeron con sus pertenencias en la construcción del templo. Y esto es lo que David ora a Dios en respuesta: 

«12 Las riquezas y la honra provienen de ti. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano está la facultad de engrandecer y de fortalecer a todos. 16 Oh SEÑOR, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar una casa a tu santo nombre, de tu mano proviene y todo es tuyo » (1er Crónicas 29:12,16). RV2015

Observa, también, en la parábola, que el señor dio diferentes cantidades de dinero a cada siervo. 

Note que Él no dio a todos la misma cantidad. Aunque la Escritura ordena a las personas más pudientes en la iglesia invertir sus riquezas para ayudar a los hermanos que se encuentran en necesidad (1ª Juan 3:17), 
17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve que su hermano padece necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo morará el amor de Dios en él?


2. LOS SIERVOS: EL HOMBRE
Entonces, si Dios es el Señor en la parábola, ¿quiénes creen ustedes que serían los siervos? [Nosotros]. 
   

A.    SOMOS DUEÑOS DE NADA

Y si Dios es el dueño de todo, entonces, ¿cómo deberíamos mirar las riquezas que poseemos? [Solamente como administradores] .

Dile al del lado: Todo lo que tienes no es tuyo. ¡Dios te lo dio para que se lo administres!
Hermanos, les tengo una mala noticia: ¡Somos dueños de nada!
De todo lo que estamos aprendiendo, la idea más difícil de aceptar en nuestras mentes (y corazones) es entender que, ¡no somos dueños de lo que tenemos!:

•    El auto que compraste el mes pasado no es tuyo. 
•    El diploma en tu pared, o 
•    los hijos en tu casa, o 
•    el dinero en tu cuenta bancaria no es tuyo, no son tuyos, no es tuyo. 

En nuestra naturaleza pecaminosa, no nos gusta admitir esto. En cambio, somos propensos a decir: 
«Me gané esto, así que es mío. ¡No me digas que hacer con él!». 

Pero si estamos de acuerdo con la Escritura, entendemos que todas las cosas finalmente le pertenecen a Dios. ¿Amén?
Esta es una gran razón por la que las personas no quieren seguir a Dios y por la que el joven rico se fué triste en Lucas 18. No quieren someter sus riquezas o sus vidas al señorío de Dios. 

SEAMOS LIBRES DE ESA POSESION:
Pero cuando comprendemos que nuestras riquezas no son nuestras, sino de Dios,
•    somos liberados de llevar una gran carga para lo cual no fuimos diseñados. Nos libera de la tiranía de este mundo, que nos hace pensar que somos sus dueños, cuando en realidad es todo lo contrario. 
•    Nos libra de ser egoístas porque nuestras riquezas no son nuestras en primer lugar; son de Dios. Entonces, ¡Podemos ser generosos! Este es un gran concepto que tiene implicaciones para todo lo que poseemos.

 

B. SOMOS SOLO ADMINISTRADORES:
Entonces, ¿qué somos? Somos solo administradores. Un administrador es alguien a quien se le ha confiado las riquezas de otro y es responsable de manejarlas velando el interés superior del propietario.

Eres dueño de nada. Solo eres un administrador.
 
ASI FUIMOS CREADOS:
En el principio, Dios no solo creó al hombre; creó al hombre con una tarea: Gobernar la tierra y cuidarla. Fuimos creados para ser administradores de su creación. 
Entonces, cuando los israelitas llegaron a la Tierra Prometida, Dios les prohíbe vender la tierra a perpetuidad, porque la tierra es suya y ellos solamente son extranjeros y forasteros. Fue únicamente por la gracia de Dios que ellos pudieron tomar posesión de esa tierra. 
Esta ordenanza fue diseñada para mantener en ellos su confianza en Dios y para llevarlos finalmente a tomar posesión de un mejor país: ¡uno celestial!

ENTENDIENDO ESTO, AQUÍ ESTA LA ENSEÑANZA PRINCIPAL:
Recapitulemos en cuanto a lo que hicieron los siervos:
•    Los dos siervos fieles confiaron en que su señor regresaría como él había dicho, por lo que arriesgaron absolutamente todo por su promesa. No se guardaron nada.
•    Pero el siervo infiel decidió jugar a lo seguro. O bien pensó que su señor tal vez no regresaría como había prometido, o que cuando lo hiciera, la fidelidad no sería recompensada. Por tanto, él jugó una estrategia de reducción de riesgos: enterrar las monedas y hacer otras cosas con su tiempo. 

Los siervos fieles confiaban en la palabra y en la bondad de su señor; el siervo infiel no tenía fe en ninguna de ellas. Por tanto, con su actitud demuestra que no tenía Fe en las promesas de Dios y fe en la bondad de Dios. 

CIELO E INFIERNO:
Esta parábola no trata acerca de ser un cristiano «bueno» o «mediocre»: como si esas categorías existiesen. Trata acerca de la diferencia entre el cielo y el infierno. Es bastante serio desde el punto de vista profético lo que aquí se esta enseñando. Y de hecho esta es una de las 3 ilustraciones acerca del juicio de Dios en ese capítulo (las 10 vírgenes y el juicio a las naciones)

Cuando el Señor felicita a los dos primeros siervos dice (Mateo 25): 

21 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. 22 Y cuando se presentó el que había recibido dos mil monedas, dijo: “Señor, me entregaste dos mil monedas; he aquí he ganado otras dos mil”. 23 Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. 

Pero al malo le dice: 
30 Al siervo inútil échenlo en las tinieblas de afuera”. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
“Si estás pensando como los buenos siervos, desde ya te digo que vas a ser muy bendecido”. 
Y usted me preguntará: ¿Y qué significa todo esto en lo práctico? Veamos:

 

¿COMO DEBEMOS ADMINISTRAR LOS BIENES DE NUESTRO SEÑOR?
Si tenemos bien claro que nada es nuestro, que todo es de Dios, y que solo somos sus administradores, ya vamos muy bien encaminados. Ahora lo que toca entender es como administrarlo todo. Por tanto, si somos administradores de todas las riquezas que hemos recibido, ese chip en tu mente cambia dramáticamente. 

Y aquí quiero que me ayuden con 4 respuestas:
¿cómo cambia esto nuestra idea acerca de nuestras cuentas bancarias, nuestros autos, nuestras casas, y demás bienes terrenales? Mire esto: 

1. Que no deben usarse para nuestro único propósito, sino para el de Dios; 
2. Que seremos responsables por la manera en que usamos las riquezas de nuestro Señor 
Romanos 14:12 De manera que cada uno de nosotros rendirá cuenta a Dios de sí mismo.
3. Que debemos justificar la manera en que usamos todas nuestras riquezas, no solo lo que damos a la iglesia, sino también lo que invertimos en nosotros mismos; 
4. Enriquecerse no es un fin por sí mismo. Es un medio para hacer la voluntad de Dios.

LA CANTIDAD RECIBIDA NOS HABLA DE LA RESPONSABILIDAD ENTREGADA:
Vimos que el siervo que tenía 5 mil duplico a 10 mil, y el 2 mil duplico a 4 mil.
Son tres siervos, a cada uno se le da conforme a sus capacidades, porque Dios sabe que cosas podemos sobrellevar, nos insta a que actuemos, a que pongamos a producir lo que nos dio. Al primero le da más que al segundo, y al último la menor cantidad, el que recibió más tiene mayores responsabilidades, pues tendría que dar mayor ganancia.

DIOS SE GLORIFICA A SI MISMO ESCOGIENDO A QUIEN DAR MAS O MENOS:
Dios regula las riquezas (a unos da más o a otros menos), entonces Él debe tener un propósito para hacerlo, ¿cierto? Y ese propósito es GLORIFICARSE A SÍ MISMO. Esto es lo que Pablo entiende en 
1ª Corintios 10:31: «31 Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. 32 No ofendan a los judíos ni a los gentiles[e] ni a la iglesia de Dios». NVI
Además, Él conoce nuestros corazones y nuestras habilidades. 

GLORIFICAMOS A DIOS:
Hay muchas maneras de glorificar a Dios, pero una actitud piadosa hacia nuestras riquezas dice mucho acerca de quién es nuestro Dios. Lo que hacemos con nuestro dinero exalta al evangelio y es un testimonio de la clase de Dios al que servimos. 


Por ejemplo, 
•    cuando agradecemos a Dios por lo que hemos recibido, glorificamos a Dios como el dador de todas las cosas (Ef. 5:19). 
•    Y cuando diezmamos y ofrendamos, glorificamos a Dios como digno de confianza (Mt. 6:33).
•    Cuando estamos contentos con nuestras riquezas, glorificamos a Dios como suficiente para suplir nuestras necesidades (Fil. 4:12, 19-20). 
•    Cuando usamos nuestras riquezas de manera sacrificial para ayudar a otros, glorificamos a Dios como amoroso y misericordioso.

Así que, para ser un administrador fiel, debemos usar nuestras riquezas con el propósito de glorificar a Dios, exaltar Su nombre y enaltecer el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Ahora, una manera obvia de hacer esto es dando a la iglesia para apoyar a sus ministerios y pastores (Gá. 6:6; 1 Co. 9:9-14). 
Pero nuestras ofrendas a la iglesia no son todo lo que Dios mira. Es mucho más radical que eso: 
Podemos usar nuestro auto para dar aventones antes y después de los servicios. 
o    Podemos usar nuestra casa para extender hospitalidad y evangelizar (3ª Juan 8). 
o    Podemos usar nuestro dinero pasa suplir las necesidades de otra persona que no puede retribuirnos (1 Juan 3:17), 
o    para proveer para una familia (1 Ti. 5:8), 
o    para compartir con otros (He. 13:16; Lucas 3:11) o 
o    para prestar (Salmo 37:26; Lucas 6:35). 

Hay muchas maneras de glorificar a Dios con nuestras riquezas, y Dios nos da una amplia libertad en esto. 

Obviamente el dinero no puede comprar la salvación (Pr. 11:4; Hechos 8:18-20). Y no puede comprar la fe, la esperanza o el amor, pero ciertamente puede ser usado para desarrollarlos y practicarlos. 
Así que, cuando prestas dinero a un amigo en necesidad incluso cuando no sabes si él o ella será capaz de pagarte, estás usando tu dinero para fortalecer tu fe. Es decir, entregas para satisfacer una necesidad que va a repercutir en el bienestar de una persona, que mas tarde va a glorificar a Dios, esa persona que te agradece ora en tu favor y Dios te provee mas para seguir dando. Ese dinero no se pierde…
Fíjate en esta promesa, que cuando yo la vi en la biblia me impacto: 
Prov. 19:17
“El que da al pobre presta al SEÑOR, y él le dará su recompensa”.

 y definir bien tus prioridades. Cuando usas tu auto para darle un aventón a un hermano a la iglesia, estás usando tu dinero para ayudarle a recibir la Palabra de Dios. Y en la economía de Dios, esa es una transacción inteligente.

Espiritualmente hablando, podríamos comparar esto con los dones espirituales dados por Dios a sus discípulos, que deben ser usados junto con los talentos naturales que tenemos. Dios nos confía su Espíritu Santo y espera que produzcamos el fruto del Espíritu y asumamos la naturaleza divina mientras crecemos en la gracia y el conocimiento de Jesucristo, sirviendo a Dios y atendiendo las necesidades de los demás. Esto se hace a lo largo de muchos años.

SENTIDO PROFETICO:
Nosotros representamos a cada siervo y Jesucristo representa al Señor que se fue lejos, pero que algún día regresaría a ver que paso con sus bienes. 
Donde esta Jesús? Al irse dice la palabra que Él se fué, y está sentado a la diestra del Padre y vendrá por segunda vez, por sus siervos a darles un reino. 
Y nosotros debemos ser como el primer y segundo siervo; debemos ser hijos de Dios, obedientes y fieles, que de acuerdo a las capacidades materiales o intelectuales que nos han sido dadas debemos hacer que se usen para que glorificando a Dios, produzcan el fruto que Él quiere. 
No debemos ser como el tercero, ese siervo que a pesar de que no se le dieron muchas responsabilidades, en lo poco no fue fiel, sino desobediente y obstinado falto de fe, egoísta en el uso de los bienes en servicio de los demás. Y al final en el regreso del Señor recibirá una factura de cobro que tiene que ver con una eternidad en el infierno. 
En este sentido, podríamos resumir la enseñanza de hoy así:
CONCLUSION:
1.    Que Dios nos salva por medio de la fe en Cristo por su gracia, para que seamos sus representantes en la tierra, y nos ha encomendado una misión; y es ser testigos del evangelio de Jesucristo.
2.    Que las riquezas terrenales son un vehículo para glorificar a Dios. Que al usar la abundancia para asuntos del reino nos permite poner nuestras ganancias en el banco del cielo, en donde nadie los puede robar. Y nunca se va a devaluar.
3.    Que Si no hacemos nada con lo que Dios nos ha dado, somos malos siervos, desobedientes y negligentes.
4.    Que Así como el cielo es real, el infierno también es real. Y la negligencia, que desconfiar en Dios, y no usar bien el dinero y los talentos nos puede llevar a una pena capital en el infierno. 
5.    Jesucristo confía en darnos una misión, pero al final quienes sean infiel recibirán el castigo eterno.
6.    Dios quiere que le glorifiquemos en todo lo que hagamos, haciendo su voluntad  unidos a nuestro Señor Jesucristo, con en el poder del Espíritu Santo.
Ministración: Aquí Estoy Yo: https://youtu.be/G6X5mNaGsIw

Bibliografía:

•    https://espanol.ucg.org/las-buenas-noticias/la-parabola-de-los-talentos-usara-lo-que-dios-le-ha-dado 
•    https://es.9marks.org/articulo/dinero-clase-1-proposito-dios-las-riquezas/

 

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