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En Cristo Siempre hay Esperanza

Carlos Ospinal

00:00 / 44:35

Todos nosotros pasamos en algún momento de la vida por situaciones tan difíciles que

parecen que ya es el final, y que es el momento de tirar la toalla y rendirse.

En una de esas tantas veces por las que yo he pasado, el Señor me dio esta palabra en el

Salmo 42:5:

"¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque

aún le he de alabar. ¡Él es la salvación de mi ser."

Que tremendo impacto es cuando el Señor te habla así en medio de tu clamor. Algunos

esperan que Dios se aparezca cara a cara y te de una respuesta. Pero, para eso El nos dio

su palabra. Alli encontramos respuesta para cada necesidad. Por eso dice en Efesios 6 que

la espada del Espíritu es la Palabra de Dios. Yo amo la palabra de Dios. Porque es una

palabra que sacia todas nuestras necesidades. Cuando esa palabra hace rhema en tu

corazón, no hay mas que hacer sino creerla, vivirla y esperarla.

Se cuenta de una historia de la vida real, de una pareja. Eran Maria y Daniel, quienes

llevaban 12 años de casados. Tuvieron dos hijos, pero como sucede en muchos hogares,

las presiones económicas, los celos y las heridas no sanadas terminaron por destruir la

relación. Daniel se fue de la casa y comenzó una nueva vida con otra mujer. María quedó

devastada.

Muchos le decían: “Sigue con tu vida, olvídalo, no hay vuelta atrás”. Pero en su corazón,

María sentía de parte de Dios que no todo había terminado. Se aferró a la oración. Cada

madrugada, antes de ir a trabajar, oraba por su esposo, por su corazón, por su

restauración. Durante 5 años, no hubo señales. Ni un mensaje, ni una llamada. Daniel

incluso se casó con la otra mujer.

Pero un día, completamente quebrado por dentro, Daniel apareció en la puerta. Había

perdido todo: su negocio, su salud emocional, y hasta la nueva relación. “No sé qué me

pasa —le dijo llorando— pero siento que necesito volver a casa… si todavía tengo un

hogar.”

Ese día comenzó el proceso de restauración. Fue largo, pero hoy Daniel y María sirven

juntos al Señor en su iglesia como líderes de matrimonios restaurados. Y todo

comenzó con una mujer que eligió esperar pacientemente y creer que Dios aún podía

obrar cuando todo parecía terminado.

Querido hermano, querida hermana, tal vez hoy has venido con el corazón cargado. Tal

vez un hijo anda lejos, un esposo o una esposa aún no conocen a Cristo. Quizás enfrentas

una enfermedad, un problema económico, o un juicio legal que parece imposible de

superar.Y hoy vamos a interceder para que tu espera no sea de 5 años como en esa historia.

Vamos a pedirle al Señor que tu situación se resuelva pronto!!.

Hoy yo vengo de parte de Dios a decirte algo: ¡En Cristo Siempre hay esperanza!

No importa qué tan oscuro parezca el panorama, no importa cuántas lágrimas hayas

derramado: Dios no ha terminado contigo.

Quiero que me acompañen a una lectura en Mateo 14:31

23 Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la

noche, estaba allí solo. 24 La barca ya quedaba a gran distancia[a] de la tierra,

azotada por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la madrugada[b], Jesús

fue a ellos caminando sobre el mar. 26 Pero cuando los discípulos lo vieron caminando

sobre el mar, se turbaron diciendo:

—¡Un fantasma!

Y gritaron de miedo. 27 En seguida Jesús les habló diciendo:

—¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No teman!

28 Entonces le respondió Pedro y dijo:

—Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

29 Y él dijo:

—Ven.

Pedro descendió de la barca y caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero al

ver el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó diciendo:

—¡Señor, sálvame!

31 De inmediato Jesús extendió la mano, lo sostuvo y le dijo:

—¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Cuando ellos subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban

en la barca lo adoraron diciendo:

—¡Verdaderamente eres Hijo de Dios!

1. NO MIRES LA CIRCUNSTANCIA, MIRA AL DIOS DE LA

CIRCUNSTANCIA.Analicemos esta lectura desde el punto de vista de la fe y el milagro, y cómo este

pasaje se aplica a nuestras vidas cuando enfrentamos situaciones que parecen

imposibles.

Mateo 14:29-30

“Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir

a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio

voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!”

Análisis desde la fe y el milagro

1. Fe que responde al llamado de Jesús

Jesús no obligó a Pedro a salir del bote. Simplemente le dijo: “Ven”. Y Pedro,

creyendo en la palabra de Jesús, dio un paso de fe sobrenatural, saliendo de su

zona de seguridad para caminar hacia Él sobre lo imposible: el agua.

Aplicación: La fe no es ausencia de temor, sino decisión de caminar creyendo en

la palabra de Dios, aun cuando la lógica dice que te vas a hundir. En nuestra vida,

esto se traduce en emprender, perdonar, esperar, orar o actuar según la dirección de

Dios, aunque las circunstancias no cambien de inmediato.

2. Milagro activado por la fe

El milagro ocurrió cuando Pedro obedeció. La fe activa lo sobrenatural. Caminar

sobre el agua no era natural, pero obedecer la voz de Jesús hizo que lo

imposible se volviera real.

Aplicación: Muchas veces, el milagro que esperamos (una sanidad, una

restauración, una provisión) está del otro lado de un paso de fe. Dios ya dio la

palabra: “Ven”. El milagro espera del otro lado de tu obediencia.

3. El peligro de quitar la mirada de Jesús

Cuando Pedro se enfocó en el viento, el miedo reemplazó su fe. La mirada

puesta en la tormenta lo hizo comenzar a hundirse.

Aplicación: En la vida diaria, si quitamos los ojos de Jesús y empezamos a mirar

las deudas, el diagnóstico, el rechazo, el fracaso o el abandono, el miedo nos hunde.

La clave es mantener la mirada en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.

4. El clamor de fe en medio del hundimiento

Aun cuando Pedro dudó y se hundía, clamó a Jesús. Y Jesús extendió la mano

inmediatamente y lo sostuvo.

Aplicación: Aunque falles, aunque dudes, aunque estés en medio del caos, si

clamas a Jesús, Él te levantará. ¡Él no te dejará hundirte si lo llamas!Aplicación práctica para nuestras vidas

Cuando enfrentas un problema imposible (un hijo rebelde, un diagnóstico terminal,

una crisis económica, un matrimonio roto o una batalla legal injusta), recuerda:

Jesús sigue diciendo “Ven”: Él quiere que camines con fe sobre el mar de lo

imposible.

El milagro está al otro lado de tu obediencia.

No mires la tormenta, mira al Salvador.

 Y si te caes, grita: “¡Señor, sálvame!”, y Él te tomará de la mano.

Cuando Pedro caminó sobre el agua, lo hizo mientras su mirada estaba en Jesús. Pero

cuando miró la tormenta, comenzó a hundirse.

Hoy Dios te dice: no mires la tormenta que representa ese hijo rebelde, ese esposo

indiferente, esa deuda o ese diagnóstico médico. Mírame a Mí, dice el Señor, el que

tiene poder para salvar, sanar, restaurar y proveer.

Dios no se ha olvidado de tu oración.

Dios sigue trabajando aunque no lo veas.

Dios es experto en cambiar historias imposibles.

2. AUN EN LA OSCURIDAD, LA SEMILLA ESTÁ CRECIENDO.

Quizá piensas que no pasa nada, pero quiero darte esta imagen:

Una semilla, antes de romper la tierra y sacar su tallo, está creciendo en lo profundo,

donde nadie la ve.

Así mismo, Dios está obrando en el corazón de ese hijo, de ese esposo, en esa

enfermedad, en esa situación económica o legal.

No porque no veas el fruto ahora, significa que Dios no está trabajando.

"La fe es la constancia de las cosas que se esperan, la comprobación de los hechos

que no se ven." (Hebreos 11:1)

TLA Juan 5:17

17 Pero Jesús les dijo: «Mi Padre nunca deja de trabajar, ni yo tampoco.»

3. NO PIERDAS LA FE, PORQUE TU HISTORIA NO HA TERMINADO.

Cuando Lázaro murió, parecía el final (Juan 11:32). Marta y María dijeron:

—Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.

Pero Jesús tenía otro plan: ¡Resucitarlo!

Del mismo modo, aunque hoy todo parezca muerto o perdido, Jesús es especialista

en resurrecciones: resurrecciones de hogares, de hijos perdidos, de sueños rotos, de

economías quebradas.Hoy Dios te dice: "No es el final, estoy escribiendo un nuevo capítulo en tu

historia."

ANÉCDOTA:

Se cuenta que un violinista muy famoso, después de terminar su concierto, rompió

accidentalmente una cuerda de su violín. La gente pensó que ya no podría seguir. Pero

el maestro no se detuvo: tocó una melodía aún más hermosa con las cuerdas que

quedaban.

Así es Dios contigo: aunque sientas que algo se rompió en tu vida, Él puede tocar

una nueva melodía, más hermosa, con lo que tienes.

10 No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te

fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia’.

Isaías 41:10

Hoy quiero decirte:

No pierdas la fe.

No sueltes la oración.

No abandones tu esperanza en El.

Dios no ha terminado. Tu hijo volverá. Tu esposo o esposa conocerá a Cristo. La

enfermedad cederá. La puerta económica se abrirá. La justicia de Dios prevalecerá.

¡Todavía hay esperanza!. Porque dice la palabra en 1ª Pedro 5:10:

"10 Y cuando hayan padecido por un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, quien

los ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo los restaurará, los

afirmará, los fortalecerá y los establecerá."

18 “No se acuerden de las cosas pasadas ni consideren las cosas antiguas. 19 He aquí que

yo hago una cosa nueva; pronto surgirá. ¿No la conocerán? Otra vez les haré un camino

en el desierto, y ríos en el sequedal. ISAIAS 43:18.

Canto De Ministración

Cristo, El Forjador De Caminos (Way Maker): https://youtu.be/2RQektyw3Es

Señor Dios Todopoderoso, soberano del universo. Bendito es tu santo nombre. Hoy venimos

ante Ti con un corazón lleno de necesidad, pero también con una fe que se aferra a Tu palabra.

Tal como rescataste a Pedro cuando se hundía en medio del mar, también nosotros clamamos:¡Señor, sálvanos! A veces sentimos que nos hundimos en problemas que no tienen solución, en

enfermedades que nos roban la paz, en crisis familiares, económicas, emocionales o legales que

parecen no tener salida… pero Tú extiendes Tu mano poderosa y nos levantas.

Y así como un día Lázaro ya llevaba cuatro días en la tumba, y todo parecía terminado,

mostraste que nunca es tarde para un milagro, y lo llamaste por su nombre, trayendo vida

donde sólo había muerte. Señor, creemos que también a nuestras situaciones imposibles

las estás llamando a resucitar. No importa cuán tarde parezca, Tú llegas en el tiempo

perfecto.

Tu palabra en Isaías 41:10 nos asegura:

10 No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te

fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia’.

Y en Isaías 43:18 nos recuerdas:

»Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer. 19 Pues estoy a

punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través

del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía.

Señor, ayúdanos a soltar el pasado y a mirar con esperanza lo nuevo que estás por

hacer.

Aunque no entendamos los tiempos ni veamos los cambios, nos aferraremos a Juan 5:17,

donde Jesús dijo:

«Mi Padre nunca deja de trabajar, ni yo tampoco.»

¡Gracias, Dios, porque aunque no lo vemos, sabemos que estás obrando en nuestro favor!

Señor amado, gracias porque Tú eres el Dios de la esperanza, el Dios que nunca falla. Hoy

ponemos en tus manos todo hijo perdido, todo esposo o esposa que no te conoce, toda

enfermedad, todo problema económico o legal. Creemos, Señor, que Tú eres poderoso para

salvar, sanar, restaurar y proveer. Aviva nuestra fe, danos fuerza para seguir esperando en Ti,

porque sabemos que el que espera en Ti jamás será avergonzado

Hoy declaramos con fe: el milagro viene en camino, la respuesta está en marcha, la mano de

Dios no se ha acortado para salvar. Aunque se levante el viento, no perderemos la fe ni la

esperanza, porque Todavía Hay Esperanza para el que cree.

En el nombre poderoso de Jesucristo de Nazareth oramos. ¡Amén!

Predicado por Carlos Ospinal

En Mayo 4 del 2025El Domingo pasado recordamos que aunque la adversidad golpee fuerte, la fe en

Dios debe ser más fuerte todavía. Aprendimos tres verdades poderosas:

1. Fe: No importa cuán imposible parezca la situación, ¡Dios puede intervenir de

manera sobrenatural!

2. Esperanza: Nunca debemos rendirnos, porque Dios siempre está obrando en

el escenario invisible.

3. Perseverancia: No podemos bajar los brazos; debemos seguir creyendo,

declarando y caminando en obediencia.

Quizás hoy estás orando por un hijo que se ha alejado de casa, por un esposo o una

esposa que aún no conocen a Cristo, o tal vez enfrentas una enfermedad, una crisis

económica o un problema legal... Pero no estás solo en esta batalla.

Así como Moisés dijo al pueblo de Israel frente al Mar Rojo:

"13 —¡No teman! Estén firmes y verán la liberación que el SEÑOR hará a favor de

ustedes. A los egipcios que ahora ven, nunca más los volverán a ver." (Éxodo 14:13)

También hoy Dios te dice:

"¡No temas! ¡No te rindas! ¡Sigue confiando!"

Quiero recordarte una historia:

Un granjero encontró un polluelo de águila caído de su nido. Lo crió entre las gallinas, y

el águila creció pensando que era una más del corral. Saltaba y escarbaba la tierra como

las demás, resignada a una vida de mediocridad.

Un día, levantó la vista y vio en lo alto a una majestuosa águila volando libre. Algo

dentro de ella despertó. ¡Recordó para qué había nacido! Extendió sus alas y, por

primera vez, se elevó hacia su verdadero destino.

Así mismo tú:

No fuiste creado para quedarte hundido en el dolor o en el temor. Fuiste diseñado

para volar en fe, esperanza y victoria.

No permitas que el dolor de hoy apague la promesa de Dios para tu mañana.

Oración

Amado Padre, gracias porque tus promesas no han muerto en mi vida. Aunque hoy mis

ojos naturales vean obstáculos, yo elijo caminar por fe y no por vista. Hoy decido

mantenerme firme, con esperanza renovada, sabiendo que en tu tiempo perfecto veré la

salvación y el cumplimiento de tus promesas.

Fortalece mis brazos cansados, alienta mi corazón herido, y ayúdame a perseverar hasta

el final. En el nombre de Jesús, amén.

© 2020 by UMC Ministries

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